Por el artista

Exposición ABSTRACCIONES - Fundación Cultural de Providencia

El vínculo entre mi obra y mi vida personal se extiende consciente o inconscientemente hasta mediados de la década de 1990. Allí se produjo un hecho que influyó en mi trabajo, cual fue conocer la obra de Wassily Kandinsky. Quedé impresionado al ver cómo este pintor ejecutaba una sucesión de bosquejos que avanzaban hasta alcanzar la obra final. Me convencí que una obra abstracta era el resultado de un proceso. Si bien es cierto que el estilo de su pintura no influyó en mi obra, lo que sí hizo fue hacerme ver la validez de la pintura abstracta y sustraerme de mis vivencias personales en la creación artística. El relato dejó de importar. Prevalecieron la composición, la forma y el color. Y sobre todo la libertad de crear.

Indudablemente, aun siendo abstracta, mi pintura refleja mis estados de ánimo, sobre todo a través del color. En muchas de mis pinturas la primera mancha es puro color. Entre los años 2000 y 2005 pinté cuadros abstractos más racionales y estructurados, en los cuales la composición era el factor fundamental de la obra. En el proceso posterior, reconozco la influencia del artista alemán Gerhard Richter, en cuya obra profundicé en los últimos cinco años y de quien rescato la aplicación de la pintura en largos tramos por medio de una regleta.

La serie Abstracciones me ha acompañado hasta ahora y se intercala con el resto de mi pintura. En su ejecución gozo plenamente, al no convivir con ningún elemento figurativo que de una u otra forma me restringiría. Más aún, me libera de la presión del dibujo, para el cual nunca he sido mayormente hábil. El azar es también un gran aliado en mi pintura. A diferencia de la participación del azar en otros procesos artísticos que he desarrollado como el de la cerámica gres, que surge en la etapa culminante de la quema, en el caso de mi pintura el azar es el punto de partida para dialogar con la tela.

Antonio Krell
Santiago, marzo de 2017

Prólogo de libro ANTONIO KRELL: OBRA 1990-2012 - Ediciones Artespacio

Este libro surgió como una necesidad de registrar mi obra artística motivado por el hecho de que la mayor parte de ella no ha sido exhibida públicamente. Mi actividad artística ha sido esencialmente individual y la necesidad de mostrar mi obra es una forma de entregar a mi círculo más cercano y –porque no– a la sociedad, el resultado de lo que unos y otros me han inspirado.

Durante los años 60 mi obra refleja mis vivencias personales, aun cuando plasmarla en tela u otro soporte no siempre obedecía a un acto consciente. Mi pintura era básicamente intuitiva y figurativa. A mediados de los años 90 se produce un hecho que influyó en mi trabajo, cual fue asistir a una exposición de Wassily Kandinsky. Me impresionó la sucesión de bosquejos antes de alcanzar la obra final. Me convencí de que una obra abstracta no era producto casual de un acto aislado sino el resultado de un proceso. El relato dejó de importar en mi obra. Prevalecieron la composición y el color. Y sobre todo la libertad de crear. Así comencé una serie de pinturas en las que en un movimiento invisible unos peces se transformaban en figuras que, casi sin darme cuenta, se iban deformando hasta casi llegar a la abstracción total. Aunque poco reconocibles, los peces siguen apareciendo incluso en pinturas posteriores, pero representados por manchas y movimiento.

Aquella etapa de abstracción, con características muy gestuales y espontáneas, se fue diluyendo al empezar a introducir nuevamente la figura humana. Esta vez la motivación fue un sentimiento personal respecto a lo que consideraba y sigo creyendo una amenaza a la convivencia humana. Guerras, terrorismo, hambre, epidemias, desigualdad, contaminación, consumismo. Así fueron surgiendo “Seres Blancos” y posteriormente “Genocidio”. Ambas series representan en su conjunto una imagen bastante desoladora del mundo, si bien con destellos de esperanza.

Paralelamente seguí pintando cuadros abstractos, menos espontáneos, más racionales y estructurados, en los cuales la composición era el factor fundamental de la obra. La pintura abstracta me ha acompañado hasta ahora y se alterna con el resto de mi pintura. En su ejecución gozo la libertad de no convivir con ningún elemento figurativo que de una u otra forma me restrinja.

A partir de 2006 me interesó representar la pareja haciendo el amor e inicié la serie “Erotika”. En primer lugar porque es algo bello, natural y universal. Luego porque si bien en mis trabajos anteriores “Seres Blancos” y “Genocidio” expuse la violencia que marca las relaciones humanas, acá he podido mostrar uno de los aspectos más vitales y positivos de estas relaciones. Además su representación visual me ha permitido elaborar series en base al movimiento de la pareja, así como experimentar con las técnicas digitales. Tenía el convencimiento de que el arte no podía estar ajeno al avance tecnológico. Mi formación profesional en ambas disciplinas, Arte e Ingeniería, me facilitó este proceso.

La escultura en cerámica gres que inicié a comienzos de los años 2000 en el taller Huara Huara me proporcionó un placer muy especial, y no sólo al permitirme crear obras con volumen, sino también porque al utilizar mis manos para moldear la pasta descubrí que el tacto puede ser un aporte al potencial artístico. También interviene la incertidumbre en el resultado final de la obra, debido al proceso de la quema; no siempre el resultado es el que uno espera y eso es muy excitante. Otro factor importante ha sido trabajar en un taller colectivo, pues me ha dado la oportunidad de compartir y aprender de los demás. En cambio, cuando pinto debo estar solo. Mi único acompañante es la música.

Me siento un privilegiado al tener la posibilidad de dedicar una parte importante de mi vida al arte. Soy un convencido que para lograr esto no es necesario tener un talento extraordinario. Sí suficiente sensibilidad, honestidad y voluntad, y mucho trabajo.

Antonio Krell
Santiago, julio 2012

Exposición SERES BLANCOS - Galería Artespacio

La actividad artística tiene una relación indudable con el exorcismo.
El artista quiere deshacerse de sus obsesiones, y cuando lo logra,
advierte que se ha convertido en un hacedor de fantasmas.
Octavio Paz

Esta exposición representa una etapa de mi obra que se desarrolla entre los años 2004 y 2006. Tanto en las pinturas como en las esculturas se representan figuras humanas con un cierto grado de deformación, en actitudes de asombro, agresión enfrentamiento, desencuentro y muerte. Esto es más notorio en las pinturas en las cuales seres fantasmales se enfrentan unos con otros, o simplemente se encuentran en procesiones o en grupos con actitud de desesperanza. El uso de colores pasteles con predominio de claros oscuros realza el dramatismo de estas escenas casi teatrales.

Debo reconocer que el inicio de esta Serie, que denomino simplemente como “Seres Blancos”, nace de una suerte de arrebato gestual sobre una tela en blanco. Brochazos con acrílico negro van configurando imágenes de humanoides que o bien se enfrentan agresivamente o se miran unos a otros con desolación. Se suceden tres o cuatro telas con resultados similares y recién ahí capto que algo está emanando de mi subconsciente, y lo dejo fluir. De tanto en tanto azules ultramarinos y amarillos muy puros e intensos reemplazan a los rojos, grises y tierras, quizás sugiriendo una luz de esperanza para esos seres blancos fantasmales. Formatos en general de gran tamaño que facilitan una pintura gestual, que se complementa con una mancha inicial en base a acrílicos de rápido secado. El uso posterior de óleo sobre la mancha de acrílico abre la posibilidad de crear transparencia y matices que se logran mezclando los colores en la misma tela.

Ex post he logrado interpretar o racionalizar esta etapa en mi trabajo como una expresión de mi inquietud por la permanente ocurrencia de conflictos bélicos a nivel mundial, por la enorme mortandad humana en el tercer mundo, sobre todo en África, producto del hambre y de las enfermedades, por el aumento de la brecha socioeconómica entre los países desarrollados y el resto, por las crisis de energía y por la depredación del la naturaleza por parte del hombre.

Antonio Krell
Santiago, julio 2006