La serie GENOCIDIO de inicios del nuevo siglo sucede a las primeras abstracciones de Antonio Krell con un retorno figurativo fuertemente expresivo en función de su temática. La Shoah –el Holocausto– continúa siendo un tema recurrente para la sociedad actual en tanto la posibilidad de su repetición siga latente, como comprobamos cuando surgen conglomerados cuyo proyecto descarta cualquier opción que no sea el exterminio del otro. El artista desciende de una familia centroeuropea mermada por los progroms antisemitas de la Segunda Guerra Mundial, y sus dramáticas interpretaciones de la espera y consumación de las ejecuciones no sólo evocan aquel horror sino representan una advertencia para nuestro tiempo.